Por eso utilizamos cama caliente en las mesas mientras las mínimas no suben. Esto disminuye las oscilaciones térmicas entre el día y la noche y se mantiene un lecho húmedo.
Para ello utilizamos estiércol de caballo. No es el mejor para el terreno en cuanto su aporte de nitrógeno, pero sí para esta labor, debido a que su rápida descomposición eleva la temperatura. Es lo que necesitamos para mantener calientes las bandejas de alvéolos. Y cuanto más fresco mejor.
Y a por él fuimos. Patricia nos tenía preparado un montón con la limpieza diaria de su pequeña cuadra y nos dejó hasta el remolque.
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