La primera nevada nos pilló en plena cosecha. La verdad es que ha sido escasa. La primavera estuvo ausente y el frío y la lluvia se prolongaron hasta bien entrado el verano. Dos intensas granizadas tiraron casi toda la flor y lo que quedó ha sido maltratado. Sólo las Golden parecen haber resistido el temporal y aparecen lozanas y abundantes en tres árboles jóvenes pero muy fuertes.
Ante los escasos resultados empezamos con la poda. Una poda intensa porque los árboles llevaban años sin cuidado, así que aprovechamos para ver todos los errores o defectos acumulados en ese tiempo.
El manzano nos dice en otoño qué quiere ser en la primavera. La presencia de unas yemas u otras, el desarrollo de sus brotes, de sus ramas..., todo nos orienta a cómo podría evolucionar. Y de eso se trata, de combinar lo que será con lo que nosotros queremos que sea.
Hay varios tipos de poda. Aquí hemos seguido con la que ya tenían, en forma de copa. Aunque el viento y la nieve que los inclinaron y las roturas ocasionales la han desvirtuado en muchos de ellos.
De la misma manera que hemos ido viendo cada ejemplar y sus necesidades, explicamos aquí de forma sencilla y para que os entre el gusanillo y profundiceis sobre ello, lo que nos hemos encontrado y qué nos lleva a tomar la decisión de cortar aquí o allá. Nuestra experiencia es breve y el año que viene veremos si lo hicimos adecuadamente.
Esta es una yema lateral. Se transformará en una hoja y luego en una ramita, que si no se corta irá creciendo. Se llama yema vegetativa. Cuando está en el extremo de la rama se llama apical, y contribuirá el crecimiento de la misma.
Las yemas fructíferas salen de la madera, y suelen rodearse de hojas. Son las que florecerán en la primavera siguiente.
En las ramas seleccionadas "para quedarse" daremos un corte sobre lo nuevo del año anterior, para impedir que sigan creciendo, dejando la altura propicia para una adecuada recolección, con un número limitado de ramas y procurando que predominen las yemas de fruta sobre las de hojas.
A menudo se desarrollan lo que denominamos "chupones", ramas verticales, con yemas de hojas, que si las dejamos darían lugar casi a otro "árbol" dentro del frutal, con la consiguiente pérdida de fuerza. Debemos quitarlos lo antes posible, para no aumentar la carga en follaje.
En algunos de nuestros manzanos hemos tenido que cortar ramas verticales de más de 5 cm de diámetro y casi 2 m. de alto, que aparecían desnudas y con ramitas sólo de hojas al final del todo. Todo un desperdicio de energía durante varios años.
La primera fase la hemos hecho aún con hojas. Ahora, que ya están las ramas desnudas podemos ir perfilando.
Con la poda intentaremos equilibrar la forma del manzano, abriendo el centro para que entre el sol y ayude a madurar el fruto. Por eso se eliminarán las ramas que se dirigen hacia dentro y aquellas que circulan paralelas para que no se den sombra unas a otras, quitando la que menos nos interese.
Igualmente daremos forma para que las posteriores podas nos sean más fáciles, logremos acceder cómodamente a los frutos, podamos segar alrededor del tronco sin peligro a dañar al árbol o a nosotros mismos...
Es decir, se trata de dar vueltas, mirar... y mirar más, e imaginar el posible crecimiento y las labores que traerá en un futuro.
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En internet podeis encontrar muchos documentos para profundizar en esta labor fundamental para vuestros frutales.
Aquí os dejo una dirección interesante...